Edificio Chrysler

Dirección: 405 Lexington Ave, New York City

Tras el Empire State Building el edificio que más pasiones levanta de todo Nueva York es el edificio Chrysler, en este caso este rascacielos tiene 319 metros de altura y 77 pisos y es obra maestra el Art Deco.

Si hay algo por lo que destaca el edificio Chrysler es por la gran aguja de acero que se encuentra en la cima del rascacielos, un detalle que le otorga identidad propia.

Los turistas sólo pueden visitar el lobby del edificio Chrysler, del edificio destaca la decoración de la torre basada en los tapacubos de los automóviles Chrysler que se fabricaban en aquella época y que están en las esquinas del piso 31. En el piso 61 en cada esquina cuelga una gárgola en forma de águila también de acero inoxidable. Si bien en la época se consideró un edificio frívolo por los críticos, ahora por el gran público se considera como la obra maestra y más bella de las edificaciones de los años 20.

Historia del Edificio Chrysler

El diseño del edificio Chrysler estuvo a cargo de William Van Alen para el contratista William H. Reynolds que posteriormente le vendió el proyecto a Walter P. Chrysler como sede central de su corporación de coches, de ahí proviene precisamente su nombre.

Mientras se construía, los constructores tenían una férrea competencia en ver quien construía el rascacielos más alto del mundo. Bajo este  contesto el ritmo de trabajo era demoledor, levantando más de 4 plantas por semana, no obstante no se produjo ninguna defunción mientras se construía.

Cuando se presentó el proyecto del edificio Chrysler para ser el más alto del mundo con 68 plantas y 270 metros de altura superando así al Woolworth Building. Semanas más tarde se presentó un nuevo diseño para el Banco de Manhattan que también se proyectaba en ese momento y diseñado por Craig Severance, antiguo socio de Van Allen con el que tenían una gran competencia, pasando el proyecto original de 47 plantas a 63 y 280 metros de altura. Así que Van Allen decidió volver a modificar los planos de la cúpula para darle la forma tan original y característica que tiene actualmente.

No obstante la guerra entre ambos no quedó solo ahí, antes de justo finalizar el edificio Chrysler, este se encontraba igualado en altura al Banco de Manhattan (también conocido como Wall Street 40 y ahora como The Trump Building), este último justo antes de finalizar la obra volvió una vez más a cambiar los planos y agrego un mástil de madera hasta alcanza los 308 metros de altura para así arrebatar el título del edificio más alto del mundo al edificio Chrysler. No obstante Van Alen tenía un as en la manga y se había sacado el permiso en Julio de ese mismo año para construir una aguja de acero inoxidable, esta para mayor secretismo fue construida dentro del propio edificio en el interior del hueco de incendios.

Esta estructura estaba coronada por un vertex de 60 metros que culmina con una aguja bautizada como Nirosta, esta estructura fue colocada el 28 de Octubre de 1929 en 90 minutos convirtiendo por sorpresa no sólo al edificio Chrysler en el edificio más alto del mundo sino también como la estructura más alta, superando así tanto al 40 de Wall Street y a la Torre Eiffell. Este honor duró menos de un año, exactamente 11 meses, hasta que se entregó el Empire State Building.

No obstante a pesar de este logro, la noticia no fue difundida ya que al día siguiente de culminar la obra se produjo el famoso crack del 29.

El edificio Chrysler abrió sus puertas al público, el 27 de mayo de 1930 y a pesar de la crisis se abrió casi completamente ya que los contratos de arrendamiento se firmaron antes de terminar la edificación. Se abrió con un vestíbulo en el que había un espléndido restaurante y cafetería. Los ascensores  eran los más rápidos del mundo con una velocidad de 330 metros por minuto.

En el piso 71 del edificio había un observatorio decorado con estrellas y planetas, de los techos colgaban lámparas con la forma de Saturno. El despacho de Walter P. Chrysler se encontraba en el piso 65.

Van Allen se disponía en 1930 a cobrar sus honorarios pero una disputa con Chrysler que sospechaba que Van Allen había cobrado comisiones de los contratistas y con esta escusa se negó a pagárselas. Al final Van Allen con una orden de embargo llegó a un acuerdo con Chrysler, pero la reputación de Van Allen se resintió y nunca pudo relanzar su carrera.

En 1945 se cerró el observatorio ya que no generaba suficientes ingresos. El edificio se fue vaciando paulatinamente trasladando las oficinas a otros inmuebles más modernos y entró un en decadencia. No obstante en 1998 el nuevo propietario Tisham Speyer Properties encargó una remodelación completa del edificio volviéndole a dar todo el esplendor de antaño.