Historia de Nueva York
Primeras tribus en la zona de Nueva York
La actual área de Nueva York estuvo habitada por amerindios que hablaban algonquino, en especial, los lenape. De acuerdo a loa tradición lenape, éstos vivieron en el área durante miles de años y se conocieron como la "tribu abuelo". Se sustentaban de la caza y de la agricultura, como también de la pesca. En su idioma, ellos llamaban a su patria Scheyischbi, que significa "el lugar que se aproxima al océano". Muchas de estas tribus formaron vías públicas en zonas como
Broadway, Raritan Bay, Manhattan, y Canarsie. Desarrollaron técnicas innovadoras para la caza y el mantenimiento de sus recursos. Sin embargo, hubo un sin fin de tribus que se asentaron por toda la zona del Long Island, formando Metoac; el nombre que se le daba al conjunto de amerindios que vivieron en las zonas aledañas y en el mismo Nueva York.
La huella principal que los autóctonos dejaron en el Nueva York moderno es el nombre de la isla de Manhattan, derivado directamente del término Mannahatta que se puede traducir como «La pequeña isla».
El descubrimiento de la bahía de Nueva York
En 1523, Francisco I de Francia convenció al navegante florentino Giovanni da Verrazano de reunir una flota para descubrir un acceso marítimo a Cathay por el océano Pacífico, pasando por el oeste. Verrazano obtuvo lo que deseaba y, a fines de 1523, se embarcó en Dieppe en una pequeña carabela, «La Dauphine», acompañado por unos cincuenta hombres. Después de haber bordeado la costa atlántica, partió en rumbo al continente americano. En marzo de 1524, exploró las costas de Carolina del Norte, para luego continuar con la navegación hacia el norte. El 17 de abril de 1524, ancló cerca de la bahía de Nueva York, antes de continuar su ruta hacia el norte.
Verrazano fue el primer explorador europeo en descubrir el lugar de la futura ciudad de Nueva York que bautizó como Nueva Angulema en honor de Francisco I, ex-duque de Angulema, quien había financiado su viaje.
Posteriormente Henry Hudson fue contratado por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales para descubrir el paso del Noroeste hacia Asia. Hudson ya había intentado en dos ocasiones descubrir este paso en nombre de los ingleses en 1607 y 1608.
Una vez más, Hudson fracasó en el intento de encontrar el famoso paso, pero lejos de abandonar su expedición el 2 de septiembre de 1609, Hudson ingresó a la bahía formada por el « Gran río de las montañas », es decir, la actual bahía de Nueva York. El 10 de septiembre, el explorador continuó su viaje avanzando en el estrecho y siguiendo el río que llevaría posteriormente su nombre: el río Hudson. Habiendo llegado según él al límite navegable del curso de agua, dio marcha atrás el 20 de septiembre. Hudson descubrió así el futuro emplazamiento de Nueva York en nombre de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales que emprendió la colonización de la región quince años más tarde.
La fundación de Nueva Ámsterdam
Las primeras instalaciones (1613-1624)
El navegante holandés Adriaen Block se instaló durante algunos meses en la isla de Manhattan en 1613. Su estadía en la isla se debió al incendio que inmovilizó su navío durante el invierno; sin embargo, al año siguiente, gracias a la ayuda de los pobladores autóctonos, logró poner a punto su navío para regresar a Europa. En su viaje de retorno, cruzó el estrecho del actual río Este que bautizó como « La puerta del infierno ». Block llegó a la bahía por el estrecho que llamó Long Island Sound.
La colonia de Nueva Ámsterdam (Nieuw-Amsterdam en neerlandés) fue fundada en 1614; sin embargo, la isla de Manhattan, que será desde entonces el centro de establecimiento de los colonos, fue pobremente poblada durante los primeros años. Los exploradores pasaban de hecho más tiempo en los bosques y se concentraban río arriba del Hudson en la región de la actual capital del Estado de Nueva York, Albany.
La llegada de algunos colonos a Manhattan se inició en el mes de mayo de 1623, con el desembarco en los Nuevos Países Bajos de un navío de 260 toneladas que transportaba a treinta familias. No obstante se dispersaron por toda la zona.
A estas otras familias se les sumaron en 1625 llegadas en varios navíos. Estos levantaron una fortaleza en el sur de la isla de Manhattan. La vocación del fuerte no era exclusivamente militar, sino también civil, dado que debía acoger un mercado, un hospital, una escuela y una iglesia. Se estableció un sistema catastral y también se creó un eje de comunicación norte-sur que inspiró la futura
Broadway, la De Heere Straet Los primeros esclavos fueron enviados a la colonia para erigir el fuerte y construir más alojamientos.
La colonia de Nueva Ámsterdam surgió oficialmente en 1626 con la compra por parte de Pierre Minuit de la isla de Manhattan a los indios Manhattes a cambio de abalorios y otras baratijas por el equivalente de 60 florines.
La extensión de la presencia neerlandesa
Pierre Miniut decidido repatriar a los colonos dispersos a lo largo del Delaware, Connecticut y Fort Orange, para concentrarlos en Manhattan. Pero esta colonia estuvo muy mal gestionada y su población, que provenía de diferentes países europeos tenía pena de caer en el desenfrenado consumo del alcohol. Los abusos de poder eran frecuentes y la Compañía de las Indias Occidentales perdió progresivamente su influencia sobre la colonia, lo que hizo que los ataques de los indios se multiplicaran.
La situación evolucionó en 1647 cuando Peter Stuyvesant fue nombrado director general de los Nuevos Países Bajos y emprende un conjunto de proyectos de construcción que incluía
puentes, escuelas, muelles. Igualmente, Stuyvesant emprendió obras para dotar a la ciudad de fortificaciones que defendieran a la población. El 2 de febrero de 1653, la ciudad se constituyó oficialmente en un municipio.
De 1640 a 1664, la colonia pasó de 400 a 1.500 habitantes. El comercio con la colonia inglesa de Virginia y las Antillas se desarrolló. Además, exportaba madera, pieles y tabaco a la metrópoli.
Mapa de Nueva Ámsterdam de 1664 (Pinchar en el para ampliar)
Siglos XVII y XVIII en Nueva York
La rivalidad marítima entre neerlandeses e ingleses llegó a su fin con la victoria de estos últimos en América del Norte. El rey de Inglaterra Carlos II donó a su hermano, el Duque de York, un vasto territorio que incluía la colonia neerlandesa. En 1664, Nueva Ámsterdam se rindió a los ingleses sin ofrecer resistencia. Esta fue inmediatamente rebautizada como « Nueva York » en honor del Duque de York.
La ciudad se desarrolló rápidamente: en 1700, contaba con cerca de 5.000 habitantes. El comercio se diversificó; la harina se convirtió en uno de los principales productos de exportación. Es por este motivo que, hasta la actualidad, las armas de Nueva York muestran, entre otras imágenes, un barril de harina.
El auge económico comenzó alrededor de 1730. Puritanos ingleses que huían de las persecuciones religiosas en sus países de origen se instalaron en Nueva York, donde entablaron el comercio triangular al vender esclavos africanos a las Antillas y a las colonias británicas de Virginia, Maryland y las dos Carolinas.
El replanteamiento de la supremacía británica en Nueva York (1765-1785)
El 24 de marzo de 1765, el Parlamento de
Londres promulgó una primera Ley del Alojamiento (siendo la segunda aprobada en 1774), por la cual se exigía a las asambleas coloniales atender las necesidades de las tropas armadas británicas. La decisión provocó una serie de revueltas en las ciudades norteamericanas. En Nueva York, la asamblea se negó a financiar a las tropas y, como represalia, fue suspendida en diciembre de 1766.
Los comerciantes neoyorkinos desempeñaron un rol importante en los inicios de la lucha por la independencia, al organizar el boicot de los productos británicos en 1768. Asimismo, fue en Nueva York donde surgió el movimiento Sons of Liberty (Hijos de la Libertad). El gobernador británico fue expulsado en 1775, con lo cual la ciudad se adhirió a las trece colonias británicas rebeldes el 9 de julio de 1776.
La Batalla de Long Island, la mas larga en la Revolucion Americana, tuvo lugar en el año 1776 en Brooklyn
Tras la derrota americana en el curso del Asedio de
Boston, el general George Washington se percató de cuál había sido la estrategia adoptada por los británicos: dividir las colonias por medio de la captura de los puertos y ríos estratégicos de la ciudad de Nueva York. Así, comenzó a fortificar la ciudad y tomó personalmente el control del Ejército Continental en 1776.
El 21 de septiembre de 1776, tras el desembarco de los británicos en Kips Bay y de la Batalla de Harlem Heights, un gran incendio destruyó la cuarta parte de la ciudad. De este episodio, se recuerda la frase del joven capitán americano Nathan Hale, ejecutado por los británicos tras ser capturado en una misión de espionaje: « Mi único pesar es de tener solo una vida que perder por mi país ». La caída del Fuerte Washington el 16 de noviembre de 1776 marcó el inicio de la reocupación británica. La ciudad permaneció en manos británicas hasta el 16 de noviembre de 1783, fecha en la cual las últimas tropas británicas abandonaron Nueva York. Tal día, el Evacuation Day, ha sido, por tanto, celebrado durante décadas como una verdadera festividad. El fin de las hostilidades en 1783 hizo posible que George Washington entrara victorioso a Nueva York.
Si bien los Hijos de la Libertad estuvieron muy activos en la ciudad, Nueva York albergaba sin duda más lealistas que cualquier otra ciudad de las trece colonias antes del inicio de las hostilidades. Así, la ciudad se convirtió en un bastión profundamente lealista durante el resto de la ocupación británica, siendo el centro político y militar de las operaciones británicas durante el conflicto.
Nueva York, capital de los Estados Unidos (1785-1790)
En 1785, el Congreso Continental se instaló en Nueva York, que sirvió desde entonces de capital provisoria de los Estados Unidos. Pero, bajo presión de Thomas Jefferson, el Congreso se trasladó a
Filadelfia cinco años más tarde. En 1789, el primer Presidente de los Estados Unidos, George Washington, prestó juramento sobre la Biblia en el balcón del
Federal Hall, edificio renovado por el arquitecto francés Pierre Charles L'Enfant. En 1790, la sede del gobierno federal fue transferida a
Filadelfia y, en 1797, el gobierno del Estado de Nueva York se instaló en Albany. Desde entonces, únicamente su rol económico explicó el crecimiento de Nueva York. Desde 1792, un grupo de comerciantes comenzó a reunirse bajo un árbol en
Wall Street, prefigurando lo que se convertiría posteriormente en la Bolsa de Nueva York.
Siglo XIX en Nueva York
El siglo XIX se caracterizó por un rápido crecimiento de la ciudad de Nueva York, lo que impuso el establecimiento de nuevas reglas en materia de habilitación urbana. De esta manera, en 1811, el Commissioners' Plan fue adoptado por las autoridades administrativas de la ciudad. Fue este texto fundacional que impuso el plan hipodámico de organización de la ciudad. Este plan preveía entonces la creación de dieciséis
avenidas en la dirección norte-sur, cruzadas perpendicularmente por 155 calles en la dirección este-oeste.
El Commissioners Plan no tomaba en cuenta la construcción de
Central Park, sin embargo, entre 1821 y 1855, el área metropolitana de Nueva York cuadruplicó su población. Como la ciudad se había ampliado, la gente tenía pocos espacios abiertos a los que acudir, e iba principalmente a los cementerios para alejarse de la ruidosa y caótica vida de la ciudad. La opinión pública fue pidiendo la creación de un lugar elegante para la conducción al aire libre, como el Bosque de Boulogne en París o el
Hyde Park de
Londres, fue el motivo por el que muchos neoyorquinos influyentes apoyaron la idea, y en 1853 la legislatura del Estado de Nueva York dio 2,8 km², el área situada entre las calles 59 y 106, para la creación del
parque. Otros grandes proyectos cambiaron también las decisiones previstas para el Plan, como la construcción del inmenso
Rockefeller Center, de la Universidad de Columbia, de
Times Square o incluso, más recientemente, del Lincoln Center.
Un crecimiento económico excepcional de Nueva York
El desarrollo de Nueva York fue facilitada por la modernización y la extensión de redes de transporte: el canal Champlain (1823) y el canal de Erie (1825) unían Nueva York con el interior y con los Grandes Lagos. El canal que unía el río Delaware y Raritan (1824) también comunicaba con
Filadelfia al suroeste. Robert Fulton hizo navegar los primeros barcos de vapor sobre el río Hudson. Los enlaces ferroviarios se multiplicaron a partir de los años 1830/31 y Cornelius Vanderbilt construyó la
estación de Grand Central sobre la calle 42 en el año 1871. Por la vía marítima, los transatlánticos unía Nueva York con Europa.
Imagen de Nueva York en la década de 1870s (pincha en la imagen para ampliar)
Nueva York afirmó rápidamente su vocación comercial gracias a su puerto. Alrededor de 1860, este último aseguró dos tercios de las importaciones y un cuarto de las exportaciones estadounidense. El puerto se fue desarrollando al igual que lo hacía la economía estadounidense y al convertirse en una potencia industrial de primer orden, en 1900, el puerto de Nueva York se convertiría en el más importante del mundo.
También fue en el siglo XIX cuando Nueva York se posicionó como primer centro de negocios del país: la vocación financiera de la metrópoli se desarrolló con la creación del Bank of New York por Alexander Hamilton en 1784 y la apertura de la Bolsa de Nueva York en 1792.
Una población creciente y diversa en Nueva York
A mediados del siglo XIX, más de la mitad de los neoyorkinos habían nacido en el extranjero; entre 1820 y 1890, más de diez millones de inmigrantes se instalaron en la metrópoli huyendo de la crisis económica y de las persecuciones que tenían lugar en Europa. Los inmigrantes más numerosos eran alemanes e irlandeses: los primeros abandonaron su país tras las Revoluciones de 1848 y los segundos a causa de la Gran hambruna irlandesa. Surgieron barrios "étnicos" en Manhattan: por ejemplo, los alemanes se concentraron en el Lower East Side. La inmigración irlandesa condujo a la creación de nuevas parroquías católicas y de una arquidiócesis en 1850.
Gracias a este crecimiento demográfico en 1900 Manhattan estaba totalmente parcelada.
En esta época varios edificios fueron entonces reconstruidos de acuerdo al estilo neoclásico, como el
Federal Hall (1842). Con el auge demográfico, la oferta de alojamiento fue rápidamente insuficiente. Los neoyorkinos más pobres vivían hacinados en departamentos estrechos e insalubres denominados tenements. Una ley de 1879 exigía que cada habitación tuviera, por lo menos, una ventana para mejorar la ventilación y la iluminación.
La extensión urbana superó el límite de Manhattan creciendo por Jersey City y Newark, el de Brooklyn adquirió el estatus de ciudad en 1834. La periferia de la ciudad fue estimulada por los trenes de cercanías. El transporte urbano se modernizó, pasando del bus a los tranvías y pronto al metro.
Las desigualdades sociales eran importantes en el Nueva York del siglo XIX: la cantidad de personas ricas aumentó y ciertos nombres se destacaron por su fortuna (Andrew Carnegie, John D. Rockefeller, John Jacob Astor, etc.). Se construyeron lujosas mansiones en Washington Square, la Plaza Lafayette Place, la
Quinta Avenida, en el barrio de Brooklyn Heights y en Marcus Garvey Park a fines de siglo.
Con el desarrollo industrial de Nueva York, el número de obreros aumentó fuertemente, pasando de 30.000 en 1840 a 220.000 cuarenta años más tarde.
Nueva York durante la Guerra de Secesión
La ciudad de Nueva York desempeñó un rol fundamental en la Guerra de Secesión, al apoyar al Ejército de la Unión. A pesar de todo, los fuertes vínculos comerciales existentes con los sureños crearon una disensión entre los habitantes, pues algunos tomaron partido por la Unión, mientras que otros lo hicieron por la Confederación. Sin embargo, la influencia de los políticos y periódicos neoyorkinos más importantes permitieron orientar a la opinión pública hacia el apoyo de la Unión y de su presidente, Abraham Lincoln.
En el momento en que estalló la guerra, Nueva York era vista como una de las ciudades más poderosas de Estados Unidos y por eso la ciudad de Nueva York se proveyó progresivamente de medios de defensa contra los eventuales ataques sureño. El puerto de Nueva York desempeñó igualmente un rol, debido a que el punto de ingreso permanente de inmigrantes provenientes de Europa quienes fueron muchas veces enrolados en el Ejército de la Unión.
Los neoyorkinos se movilizaron en cantidad para enrolarse en el ejército o recaudar fondos de apoyo. A fines de 1861, 30.000 soldados fueron movilizados solo en la ciudad de Nueva York y, en el curso de la guerra, alrededor de 100.000 soldados en todo el Estado partieron a la guerra.
A pesar de haber logrado una movilización muy importante, la ciudad de Nueva York no apoyó la aplicación de nuevas leyes sobre el enrolamiento de los soldados, que permitían al gobierno reclutar a soldados con edades de 18 a 35 años. Los neoyorkinos manifestaron con violencia su descontento en verdaderas «revueltas del enrolamiento» (Draft Riots), que se volvieron rápidamente a atacar a las poblaciones afroamericanas. Lincoln fue entonces forzado a enviar tropas para aplacar las revueltas. Cinco regimientos federales fueron desplegados en Nueva York para restablecer la calma. El resultado fue una centena de muertos.
Gestión de Nueva York y enclaves culturales
En 1898, la ciudad de Nueva York se organizó administrativamente tal y como se la conoce hoy en los embriones de lo que serán los 5 distritos Manhattan, Brooklyn, Bronx, Queens, Staten Island.
Fue también en la segunda mitad del siglo XIX cuando se creó la mayor parte de instituciones culturales de Nueva York (
Metropolitan Museum of Art en 1870, Metropolitan Opera en 1883,
American Museum of Natural History en 1877, New York Public Library en 1895, Brooklyn Museum en 1895-1915) y nueva infraestructura civil, como el
puente de Brooklyn, terminado en 1883.
Asimismo, aparecieron universidades: la Universidad de Nueva York (1831), el City College of New York (1847). Por su parte, la Universidad de Columbia, fundada en el siglo XVIII, se diversificó al abrir una escuela de derecho (1858) y una escuela de ciencias políticas (1880).
También se dotó de periódicos prestigiosos: el New York Herald Tribune (1833) y el New York Times (1851), mientras que la prensa popular se desarrolló en torno a The Sun.
Siglo XX en Nueva York
En la primera mitad del siglo XX, la ciudad se convirtió en un centro de envergadura internacional a nivel industrial, comercial y fue necesario mejorar las comunicaciones lo que conllevo a crear infraestructuras acordes. El metro apareció por primera vez en 1904, la reconstrucción del
Grand Central Terminal en 1913, el Túnel Holland fue edificado entre 1920 y 1927 y la construcción del puente George Washington Bridge, inaugurado en 1931.
En 1902 se construyó el primer
rascacielos en Nueva York: el
edificio Flatiron. Posteriormente, con la proliferación de las sedes centrales de empresas y la falta de espacio en Manhattan, la arquitectura del sur de la isla se hizo más y más vertical. Así, el Metropolitan Life Tower, construido en 1907, tenía 213 metros de altura y 50 plantas. El edificio Woolworth, culminado en 1913, medía 241 metros con 57 pisos y se mantuvo como el inmueble más alto del mundo hasta 1930. Para 1929, Nueva York ya contaba con 188 edificios de más de 20 pisos.
A partir de los años 1930, la mayor parte de los
rascacielos más altos del mundo fueron edificados en el estilo art decó: el
edificio Chrysler, el
Empire State, etc.
Después de la guerra la inmigración se intensificó y para administrarla, se construyó en 1890 un centro de tránsito en la
isla Ellis, cercana a la isla de la Libertad donde se encuentra la
Estatua de la Libertad, donde se convirtió en la
principal aduana de la ciudad y en donde los pasajeros se inspeccionaban legal y médicamente para permitirles o no el desembarco en la ciudad (unos 12 millones de personas pasaron por aquí desde 1892 hasta su cierre en 1954).
A inicios del siglo XX, seis adolescentes de cada diez en Nueva York tenían al menos un padre de origen extranjero. Al cambiar el siglo, Manhattan era así un verdadero mosaico de culturas: los rusos y polacos dominaban el sudeste de la isla, los italianos estaban presentes un poco por todas partes, los irlandeses ocupaban Midtown oeste, mientras que los checos y los húngaros se instalaron sobre todo en el Upper East Side.
Más tarde, los judíos que se fugaban del régimen nazi se instalaron en gran cantidad en Washington Heights. Los afroamericanos del sur del país se reagruparon en los barrios de Harlem o de Bedford-Stuyvesant que se convirtieron en los años 1940 en una especie de ghettos.
40.000 casas de vecindad fueron destruidas en los años 1920 y, en su lugar, se construyeron alojamientos sociales para dar cabida a la gran cantidad de inmigrantes. La Gran Depresión echó a la calle a miles de neoyorkinos, algunos de los cuales habitaron en los refugios de
Central Park.
Nueva York se convirtió en un centro artístico principal, en especial, con las
comedias musicales de Broadway, Tin Pan Alley y el Renacimiento de Harlem. Este rol aumentó hacia fines de los años 1930 con la afluencia de refugiados políticos europeos que incluían a gran cantidad de intelectuales, músicos y artistas.En Greenwich Village trabajaron los pintores realistas (Thomas Benton, Edward Hopper) y modernos (Jackson Pollock, Willem de Kooning).
Con el Armory Show (1913), la inauguración del
Museo de Arte Moderno de Nueva York conocido como
MoMa (1929), del Whitney Museum of American Art (1931) y del
Solomon R. Guggenheim Museum (1937), Nueva York se convirtió en una de las capitales mundiales del arte moderno.
Durante la primera mitad del siglo XX, Nueva York fue un centro importante para los medios de comunicación: la metrópoli contaba con numerosas agencias de información y de periódicos prestigiosos. En los años 1920, aparecieron los primeros tabloides, mientras que en los años 1930 las cadenas de radio CBS y NBC se instalaron en el
Rockefeller Center que fue pronto apodado «
Radio City»Se habilitaron dos teatros en el complejo: el
Radio City Music Hall que era el más grande con casi 6.000 asientos; y el RKO Roxy o Center Theater que contaba con 3.509 asientos y que fue destruido en 1954. A pesar de la competencia de Los Ángeles, Nueva York siguió siendo hasta 1945 un centro cinematográfico importante: ejercía el control financiero de la industria del séptimo arte, producía películas en sus estudios y poseía muchas salas de proyección.
Desde el punto de vista deportivo, el siglo XX consagró a Nueva York como una de las capitales estadounidenses del deporte. Desde 1905, el Abierto de los Estados Unidos se instaló en el suburbio de Nueva York, en Forest Hills, Queens). Además, en todas las principales disciplinas nacionales, los clubes neoyorkinos brillaron, en particular, con los New York Yankees en béisbol y los New York Giants en fútbol americano.
En 1919, Nueva York fue sacudida, como otras ciudades en todo el país, por huelgas masivas: de los estibadores en enero, de los actores en agosto y de los bomberos en septiembre. Los obreros reclamaban aumentos de salario para compensar la inflación, así como mejores condiciones laborales. El 16 de septiembre de 1920, una bomba voló la sede de la compañía J.P. Morgan Inc. en
Wall Street, con 38 muertos y 200 heridos.
Los años 1920 también estuvieron marcados por la prohibición, la apertura de los speakeasies, establecimientos de venta y consumo de bebidas alcohólicas, así como por los bootleggers o contrabandistas de alcohol. Numerosos bares y clubes de Harlem, exclusivos para blancos, eran entonces controlados por las mafias judía e italiana. En particular, el gángster «Dutch» Schultz controlaba la producción y distribución de las bebidas espirituosas en el vecindario. El famoso padrino de la mafia italiana, Lucky Luciano, fue quien comandó su ejecución en 1935.
La Gran Manzana no escapó de la Gran Depresión de los años 1930; fue además en la bolsa de
Wall Street donde se manifestó el crack del 29 que antecedió a la crisis mundial. El desempleo y la pobreza aumentaron rápidamente y se desarrollaron chabolas entre la calle 72 y la 110.7 En marzo de 1936, uno de cada cinco neoyorkino recibía ayuda pública.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Nueva York sufrió ciertos cambios para protegerse de posibles ataques alemanes, que al final no tuvieron lugar y además el el New York Navy Yard, como principal astillero naval, fue el centro neurálgico en la producción de navíos de guerra. Globalmente, Nueva York no sufrió mucho por el conflicto, sino que, por el contrario, su rol en las relaciones internacionales aumentó una vez que la guerra terminó, en especial, con la instalación en 1951 de la
sede de la Organización de las Naciones Unidas en Turtle Bay, Manhattan.
Después de la Segunda Guerra mundial, Nueva York experimentó un relativo declive, perdió habitantes y su maquinaria industrial comenzó a envejecer. Varias fábricas se trasladaron en la primera mitad del siglo XX hacia el cinturón urbano próximo (en Nueva Jersey, por ejemplo). La crisis de los años 1960-1970 engendró los terrenos industriales abandonados en el Bronx y Queens. Así, el astillero de Navy Yard cerró sus puertas en 1966. Entre 1953 y 1992, Nueva York perdió unos 70.000 empleos industriales.
Evolución de la ciudad de Nueva York en fotos(pinchar para ampliar)
Nueva York se afirmó como capital del expresionismo abstracto, rivalizando con
Londres en el mercado del arte. El barrio de Greenwich Village sigue siendo uno de los centros culturales de la ciudad que se convirtió en un distrito histórico de SoHo en 1973. La contracultura en las letras y artes floreció en Nueva York. El
Off-off Broadway ofrecía una alternativa al teatro comercial. El Pop Art denunció a la sociedad de consumo. Andy Warhol (1928-1987) estableció su estudio en la calle 47. Frank Stella (nacido en 1936) experimento con el minimalismo, mientras que Christo (nacido en 1935) propuso a los neoyorkinos obras efímeras. Los frescos murales proliferaron sobre las paredes de la ciudad. La cultura de la calle (graffiti, hip-hop) tuvo su auge en los años 1980.
Con el cambio de política migratoria, Nueva York se volvió nuevamente cosmopolita. Desde los años 1970, se formaron nuevos barrios étnicos. Pero los años 1960 estuvieron también marcados por las tensiones raciales y Nueva York se impuso rápidamente como un lugar clave del Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Este movimiento se manifestó en particular en el barrio de mayoría afroamericana de Harlem, sea pacíficamente a través de la NAACP o la UNIA o bien de manera violenta como la organización de Malcolm X, Nación del Islam. Harlem fue así autoproclamado «corazón espiritual de la protesta y del movimiento negro» (The spiritual home of the Negro protest movement) desde la llegada de las primeras poblaciones afroamericanas.
Entre los eventos más destacables del movimiento, se pueden citar las revueltas de julio de 1964 y las diversas manifestaciones sociales (huelga de transporte en 1966, manifestaciones contra la Guerra de Vietnam). En 1968, Harlem presenció nuevos disturbios tras el asesinato de Martin Luther King.
Entre 1940 y 1990, Manhattan perdió 500.000 habitantes; Brooklyn, 400.000; y el Bronx, 300.000. La ciudad se transformó igualmente para hacer frente al incremento del tráfico automóvil: los estacionamientos se multiplicaron y la
Quinta Avenida pasó a tener un solo sentido.
Los años 1970 son a menudo considerado como el punto bajo de la historia de Nueva York, debido a las elevadas tasas de criminalidad con diversos trastornos sociales que se iniciaron en los años 1960, en particular con los Disturbios de Stonewall en 1969. Luego, la desindustrialización y la caída demográfica empujaron a la ciudad al borde de la quiebra. Muchas infraestructuras urbanas fueron abandonadas por falta de subvenciones.
Al mismo tiempo, en 1973, fue inaugurado el inmenso World Trade Center con una ceremonia grandiosa. Pero la proliferación de préstamos a corto plazo entre 1965 y 1975 provocó un endeudamiento considerable. La crisis del petróleo de 1973 empeoró la situación. Varias zonas se hundieron, entonces, en la criminalidad y el narcotráfico, como Harlem o South Bronx, a pesar de los esfuerzos del gobierno federal. El fenómeno estuvo acompañado incluso de una caída brutal de la población que llegó al 27% en East Harlem. A pesar de todo ello, la ciudad evitó la bancarrota gracias a un préstamo federal. En 1977, se produjo un apagón en toda la ciudad del 13 al 14 de julio, lo que provocó saqueos y múltiples desórdenes sociales.
El rebote de
Wall Street, en los años 1980, aun con el crack de 1987, permitió a Nueva York retomar su rol de liderazgo en la esfera económica y financiera mundial y el equilibrio presupuestario de la ciudad fue restablecido en 1981. La reactivación de la inmigración estimuló igualmente el crecimiento económico. Pero, a pesar de un descenso en las cifras de desempleo, Nueva York padeció todavía de una reputación de ciudad peligrosa.
La situación comenzó a mejorar con la elección de David Dinkins como alcalde, primer alcalde afroamericano de la ciudad.
Los años 1990 en Nueva York estuvieron marcados por un primer atentado terrorista contra el World Trade Center, llevado a cabo el 26 de febrero de 1993, cuando un camión cargado con 680 kg de explosivos de nitrato estalló en un estacionamiento subterráneo de la Torre Norte, teniendo como resultado 6 muertos y 1.042 heridos. La extensión de los daños, un cráter de 30x60 metros a través de 5 niveles del subsuelo y la incertidumbre con respecto a los daños padecidos por las columnas centrales (aunque una sola fue ligeramente afectada) hicieron que las dos torres permanecieran cerradas por varios meses. Según el arquitecto del World Trade Center, la torre habría colapsado si el camión hubiera sido colocado cerca de las bases.
En 1994, año de inicio de funciones de Rudolph Giuliani, Nueva York estaba atravesando por una crisis profunda debido a varias tensiones raciales que muchos creían no tener remedio; sin embargo, en espacio de unos años, Giuliani, personaje menospreciado por la prensa y conocido por su franco hablar, logró convertir a la Gran Manzana en una ciudad segura y atractiva para los inversionistas. Así, Giuliani se involucró en todos los frentes, luchando contra las mafias familiares en los barrios sensibles y contra los delitos de iniciados en
Wall Street. La mayor parte de las medidas que emprendió fueron audaces, incluso sorprendentes por su carácter radical, como su política de «Tolerancia cero» en materia de criminalidad. El republicano Giuliani, en una ciudad más bien arraigada en el campo demócrata tenía, pues, muchos enemigos, y la prensa se mostraba a veces muy vehemente.
Los resultados obtenidos por Giuliani antes del 11 de septiembre fueron muy positivos, con una caída de la criminalidad (de 430.460 crímenes registrados en 1993, antes de entrar en funciones, a 184.111 crímenes en 2000) y un retorno de la confianza en los neoyorkinos en materia de seguridad. Giuliani también se hizo conocido en un marco más amplio que el de Nueva York debido a su gestión de los Atentados del 11 de septiembre de 2001, en el curso de los cuales no cedió al pánico y se aseguró de organizar con rapidez la reconstrucción del World Trade Center. Un cáncer de próstata en 2002 lo llevó a retirarse de la vida política.
Siglo XXI en Nueva York
El siglo XXI se inició mal para Nueva York, justo después del estallido de la Burbuja.com que sacudió violentamente a
Wall Street y, sobre todo, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 que golpearon profundamente a Estados Unidos y, en particular, a la ciudad de Nueva York, verdadero símbolo de la potencia estadounidense. En efecto, si bien los atentados también golpearon a
Washington D. C., fue en Nueva York donde resultaron más mortíferos con la destrucción de las torres gemelas del World Trade Center, así como de todo el complejo que estaba adjunto al mismo. Aunque la línea del horizonte de Manhattan fue trastornada, los neoyorkinos supieron reponerse después de los ataques, en especial, bajo la tutela de Rudolph Giuliani.
Actualmente se está erigiendo la torre que reemplazará al World Trade Center. Se estima que la Torre de la Libertad, con una altura de 1776 pies (541 metros), estará lista en 2013.
Fuente: Wikipedia