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Historia de Londres

Celtas y Romanos

Originariamente fue una ciudad céltica, sin embargo se puede considerar su verdadero origen en el año 43 a.C., cuando Julio César llegó a la zona y decidió crear el puerto que llamaron Londinium, en la ribera norte del estuario del Támesis. Durante este período los romanos levantaron un templo en honor de Mitra y una gran muralla perimetral; algunos de sus vestigios son todavía visibles hoy. A mediados del siglo II vivián cerca de unas 30.000 personas de diversos grupos étnicos. Una vez desgarrado el imperio romano por las invasiones bárbaras, el imperio empezó a declinar al igual que Londinium. En el 410, el emperador Honorio mando retirar los últimos soldados romanos, quedando la ciudad tranquila y muy poco poblada.

Ruinas celtas de stonehenge
Ruinas celtas de stonehenge (Inglaterra)

Sajones y Normandos

Una vez que los romanos abandonaron la ciudad, el comercio siguió prosperando. Sin embargo, las invasiones de pueblos nórdicos destruyeron buena parte de la ciudad, período que se conoce como "Dark Age", época oscura.

En el año 796, los anglosajones ocuparon el país y establecieron en Londres la residencia real. Medio siglo antes de la llegada de los normandos, Eduardo el Confesor construyó su propia abadía y palacio en Westminster. La ciudad renació económicamente y se erigieron suntuosos monumentos, como la White Tower en el siglo XI. Luego de las victorias de Guillermo el Conquistador, que fue coronado en la abadía de Westminster, la ciudad se convirtió en capital del país.

La residencia de la realeza inglesa fue, hasta el fin del periodo normando, el castillo fortaleza de la Torre de Londres, donde hoy se custodian las joyas de la Corona. Con el pasar de los años sobre la Londres Romana se desarrolló aquello que hoy llamamos el distrito financiero (La City).

Londres medieval

A partir del siglo XI, la ciudad se llenó de casas, iglesias y monasterios de madera de estilo normando. Se desarrolló considerablemente el comercio marítimo y la población aumentó.

En 1154 murió Esteban, último rey normando, pasando el trono a Enrique II, de la Casa de Plantagenet, que regiría los destinos de Inglaterra durante los dos siglos y medio siguientes.

En 1215, Juan sin Tierra otorga a la ciudad el derecho a elegir su propio gobierno, dándole así cierta independencia política.

En el 1348, se produjo una epidemia de Peste Negra que azotó a Londres durante las décadas sucesivas, esta epidemia acabó con dos tercios de la población, matando a más de 60.000 personas.

Londres Tudor e Isabelino

En los tiempos de la casa Tudor y los jacobinos, Londres siguió prosperando, pese a la peste y a la Guerra de las Dos Rosas, una lucha a muerte por el poder. Se edificó el barrio de Westminster y en el siglo XVI, Enrique VIII creó la Iglesia Anglicana.

En la segunda mitad del siglo XVI, Londres estaba creciendo física y económicamente, la población se duplicó pasando de los 200.000 habitantes, convirtiéndose en el primer mercado mundial con la apertura de la Bolsa (Royal Exchange) en 1572.

Culturalmente la ciudad también crecía: eran los tiempos dorados de la literatura y teatro con William Shakespeare a la cabeza.

La guerra Civil

Los tiempos de bonanza acabaron cuando una serie de problemas y malestares sociales en 1649 empujaron a los londinenses a hacer la revolución y decapitar a Carlos I en Whitehall.

Cromwell gobernó los siguientes 11 años con una república, en la que se prohibió el teatro, el baile, la navidad y cualquier cosa que sonara a diversión.Poco después de su muerte, el parlamento restituyó al exiliado Carlos II en 1660.

La peste, el fuego y la reconstrucción

En 1665, 100.000 personas murieron a causa de la Gran Peste Bubónica y para colmo de las desgracias, al año siguiente un incendio, el Gran Incendio de 1666, que duró 4 días, destruyó el 80% de la ciudad evitando que gran parte del Londres medieval llegara a nuestros días.

La reconstrucción duró diez años y es obra del gran arquitecto Christopher Wren, quien reedificó muchas iglesias destruidas, entre ellas la Catedral de San Pablo, donde hoy reposan los héroes de la nación británica y que abrió sus puertas en 1710.

Cuadro sobre el gran incendio de Londres de 1666
Cuadro sobre el gran incendio de Londres de 1666

Londres georgiano

A principios del siglo XVIII, Londres se expandió en todas direcciones, anexando estepas, bosques, pueblos. Desde entonces hasta la primera mitad del siglo XX ha sido la capital del Imperio Británico.

La administración local buscó comunicar esta enorme expansión, especialmente para adecuar una infraestructura a la ciudad. Destaca la construcción del puente de Westminster, inaugurado en 1750. En esta época se caracterizó por una gran creatividad en diversos campos como el arte, la música y la arquitectura.

Se construyeron gran cantidad de edificios, calles y plazas elegantes, donde los ricos se reunían y mientras los más pobres se hacinaban en barriadas.

Londres Victoriano

Con el coronamiento de la reina Victoria en 1837 comenzó la época de mayor esplendor y apogeo británicos. La ciudad devino centro de la economía mundial, se modernizó y aumentó su población debido al éxodo rural (irlandeses y judíos de Europa Oriental, especialmente), hasta alcanzar los 6 millones de habitantes a comienzos del siglo XX.

La Revolución Industrial provocó la aparición de barriadas pobres en el East End, en cuyas calles Jack el Destripador sembraba el terror en 1888 y que Charles Dickens describió en sus novelas. En contraste, los aristócratas y nobles del West End organizaban la Exposición Universal e instalaban el metro. La familia real se mudó al Palacio de Buckingham, en el corazón de la ciudad.

Foto de la época del Londres Victoriano
Foto del Londres Victoriano

Se contruyo nuevos muelles para atender a las necesidades del próspero comercio con las colonias y líneas férreas que partían de Londres en todas las direcciones. Se crearon mucho de los edificios y monumentos más famosos de Londres; la torre del reloj del Parlmento (Big Ben 1859), el Royal Albert Hall (1871), el Tower Bridge (1894).

Las Guerras Mundiales

La ciudad fue muy tocada por la Primera Guerra, que marcó el fin de la era victoriana, debido a la gran recesión. Sólo se recuperó en la década de los'30 con un desarrollo espectacular y un aumento de población en los alrededores, ligado a la mejora en las condiciones de vida.

La segunda guerra frenó su crecimiento y la ciudad fue gravemente bombardeada por la Luftwaffe con ataques alemanes en 1941 en la conocida como Batalla de Inglaterra.

La incursión eliminó a unos 30.000 londinenses y destruyó varias zonas de la ciudad, reconstruidas en varios estilos arquitectónicos en las décadas sucesivas. La expansión de Londres fue ralentizada a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial con anexión de distintos terrenos, unido al cuidado de un anillo verde entorno a la ciudad (Green Belt).

Londres tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial
Londres tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial

Londres de post-guerra y finales del siglo XX

En 1952, la reina Elisabeth II llegó al trono e intentó modernizar la ciudad, pero los daños ocasionados por los ataques eran muy serios. No fue posible recuperar los muelles, con lo que debieron resignar reflotar el puerto y fue trasladada su actividad a Tilbury. La población se expandió hacia la periferia, dando origen al Greater London. Se edificaron con rapidez viviendas sin estética y modestas urbanizaciones en las zonas desvastadas. Poco a poco, la ciudad se volvió un polo financiero, atrayendo miles de trabajadores cada día. Comenzaron a aparecer los primeros rascacielos, aunque sólo algunos pocos podrían calificarse de espectaculares. A fin de los años '50, Londres se volvía una capital moderna, cosmopolita y multicultural.

En 1979, Margaret Thatcher fue nombrada Primer Ministro y encaró la liberalización del correo, transporte, etc. Pero en 1990, una gran protesta en Trafalgar Square la obligó a renunciar. El año 1992 fue marcado por la sorprendente elección de John Major en 1992 y el comienzo de los problemas con el IRA irlandés, que hizo estallar dos bombas en el centro de Londres. En 1997, el electo Tony Blair, del partido laboral, puso fin a 18 años de conservadores en el gobierno, mismo año en que moría Lady Diana.

En el nuevo siglo, Londres parece recuperar su fama de ciudad alegre. La construcción del Millenium Dome, en Greenwich, el London Eye, la Tate Modern (a la que se accede por el puente del Millenum), y la creación del Gran Patio del Museo Británico son muestras de su proyección a los nuevos tiempos.



Daniel P. @ 12:44 | comentarios (0) | Links Permanentes



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