El DJem
El Djem, es una ciudad que se encuentra a unas 3 horas al sur de Túnez, y es una de las visitas que no se debe de perder. Para quien no lo conozca, decir que en su mismo corazón de la ciudad se encuentra el colosal y espectacular anfiteatro romano del siglo II que aún hoy se mantiene en pie y la verdad en condiciones bastante respetables si tenemos en cuenta que han pasado más de 18 siglos desde su construcción.
Vista ciudad del Jem desde el Anfiteatro Es el tercer anfiteatro romano por importancia y buena conservación y las fotos de este lugar son imprescindibles en el viaje a Túnez (Siendo el
Coliseo de Roma el mayor anfiteatro).
Poco más se puede visitar en el Djem que visitar el propia anfiteatro, lo cual nos llevará sobre una hora. El precio de la entrada es de 6 dinares por persona más los derechos para sacar fotos, que suelen ser de 1 dinar, como el resto del país.
Junto con la entrada al anfiteatro se puede también visitar el museo arqueológico al sur de la ciudad. Este museo se trata de una antigua casa señorial romana reconstruida para albergar el Museo. Aparte de las estatuillas que allí se encuentran, lo más interesante son los mosaicos. El buen estado de estos, lo hacen un ejemplo inmejorable de lo que debió ser el pueblo en la época de máximo esplendor, cuando surtía de aceite al propio Imperio Romano
Porque cuando el viajero llega a El Djem, realmente le parece que ha llegado a la nada. Unas pocas casas, bastantes desvencijadas, sin demasiado atractivo y con las calles repletas de niños. Sin embargo, cuando comienza a seguir las calles hacia el centro, poco a poco, va apareciendo a la vista un edificio impresionante.
Hasta que, llegando a una plaza llena de restaurantes, puestos ambulantes y algún que otro camellero a la caza de turistas. En estos puestos se pueden sacar buenos precios comparado con otras partes del país, aunque para ello será como siempre necesario regatear. Otra particularidad es que en esta ciudad en especial los niños y vendedores apabullan a los turista como en ninguna otra ciudad. Si no queremos complicarnos la vida, lo mejor es no coger nada de los que nos ofrezca, a no ser que estemos interesado en comprarlo (incluidos los mapas), pues una vez endosado el producto en la mano, será casi imposible chafarnos de ellos. También aquí se pueden encontrar paños que confeccionan para la cabeza como si fueran palestinas que nos podrá proteger del ardiente sol, cosa que no he visto en ninguna otra parte del país y que dejan a precio realmente barato.
Historia del Djem
Este pueblo tiene más historia que presente. De hecho, el asentamiento tenía más habitantes en la época romana que en la actualidad. 15000 hectáreas de olivos, llevados por el Emperador Adriano, la convertían en un de los graneros de
Roma. De ahí, la gran importancia que llevó a construir en la localidad un monumento impresionante.
Historia del Anfiteatro del Djem
El anfiteatro del Djem también es conocido como coliseo de Thysdrus (como se conocía antiguamente al Djem).
El coliseo fue construido por el procónsul Gordiano alrededor del año 230 d.C, bajo el reinado del emperador Maximino el Tracio, al cual derrocó con posterioridad. Con 148 metros de largo y 122 de ancho, tenía una capacidad para más de 45.000 espectadores.
Foto del Anfiteatro del Jem desde el aire Supone el edificio romano más grande realizado jamás en toda África. Sus arcos y sus muros de piedra ocre de colosal envergadura dejan sin aliento a más de uno; y sólo el hecho de pisar la arena, encontrarse entre esas gigantes paredes, imaginarse al público de hace más de 1800 años vitoreando y pensar en el propósito de semejante obra: ver hombres luchando hasta la muerte o la condena a ser devorado por tigres y leones produce escalofríos.
A pesar de la utilización de algunas de sus piedras para la construcción de la ciudad de El Djem, aún se encuentra muy bien conservado. Se supone que se mantuvo intacto hasta el siglo XVII; según la tradición árabe, a partir de 1695 se comenzó a demoler la fachada exterior. Aún se conservan los fosos de los leones y un sistema muy elaborado de canalizaciones y cisternas para la recogida del agua de lluvia.
Anfiteatro del Jem A veces recibe el nombre de Ksar de la Kahena, por la princesa bereber Kahena, que en el siglo VII unió las tribus bereberes para frenar el avance de los invasores musulmanes. Vencida y perseguida, se refugió con sus seguidores en el anfiteatro, donde resistió durante cuatro años. Según la leyenda, fue traicionada por su joven amante, que la apuñaló y envió su cabeza embalsamada al jefe del ejército árabe.
El anfiteatro fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.