Basílica de San Ambrosio de Milán
Dirección: Piazza Sant Ambrogio, 15 , 20123 Milano
Horario: Día laborable de 7:30 a 12:30 y de 14:30 a 19:00, festivos de 7:30 a 13:00 y de 15:00 a 20:00.
Tfno: +390(2)86450895
Internet:
http://www.santambrogio-basilica.it/E-mail: santambrogio@chiesadimilano.it
La basílica de Sant'Ambrogio es una de las más antiguas iglesias de Milán. No obstante no es un monumento muy visitado, así que podremos tomarnos con calma su visita.
La basílica mantiene en su interior obras de arte preciosas, como el sarcofago di Stilicone, el altar de oro de Volvino y mucho más. Uno de los trabajos más importantes es el mosaico: en un fondo de oro podemos ver la figura de Cristo Pantocrator, rodeada por los mártires Gervasio y Protasio y los arcángeles Gabriel y Michael. Este mosaico fue dañado seriamente en 1943 por los bombardeos que destruyeron la mayor parte de la ciudad de Milano.
Historia de la Basílica de San Ambrosio
La Basílica de San Ambrosio fue edificada entre el año 379 y el 386 por orden del obispo de Milán, San Ambrosio, fue construida en una zona en la que se había sepultado anteriormente a cristianos martirizados durante las persecuciones romanas. Por este motivo fue dedicada a los mártires y se la llamaba Basílica Martyrum: el mismo Ambrosio quería poner en ella todas las reliquias de los mártires Sátiro y Víctor de Calcedonia, Nabor, Vital, Féliz, Valeria, Gervasio y Protasio. Cuando el mismo obispo Ambrosio fue sepultado en la basílica le fue cambiado el nombre.
En el siglo IX, la basílica de San Ambrosio sufrió importantes reestructuraciones queridas por el obispo Angiberto II (824-860), quien hizo añadir el ábside, precedida por una bóveda de cañón, bajo el cual se desarrollaban las celebraciones litúrgicas. Durante el mismo período, el ábside fue decorado con un gran mosaico, el Redentor en el trono entre los mártires Protasio y Gervasio, con los arcángeles Miguel y Gabriel, unido a dos episodios de la vida de san Ambrosio.
En el ciborio de época arte paleocristiano, se añadieron cuatro tímpanos, decorados con estucos del siglo X. Bajo el ciborio se colocó el altar de San Ambrosio, obra maestra de la orfebrería carolingia, en oro, plata, dorado, piedras preciosas y esmaltes.
La basílica de San Ambrosio llegó a su aspecto definitivo entre 1088 y 1099, cuando por iniciativa del obispo Anselmo, se reconstruyó según los esquemas de la arquitectura románica. Se mantuvieron las tres naves (sin transepto) y tres ábsides correspondientes, además de un cuadripórtico.
El tiburio fue añadido hacia fines del siglo XII pero se derrumbó bien pronto (1196): entonces fue reconstruido con su particular disposición externa caracterizada por galerías con arcos en dos niveles sobrepuestos.
Arquitectura de la basílica de San Ambrosio
El material de construcción empleado para la basílica de San Ambrosio es pobre (principalmente ladrillos de diversos colores, piedra y yeso blanco) y su proveniencia es local. Con los mismos materiales se realizaron los edificios del entorno. La renuncia a emplear materiales más preciosos traídos de Oriente se debe a la sensibilidad del tiempo, que ya no piensa en la materia opuesta al espíritu.
Respecto a la iglesia original, la nueva hereda escrupulosamente la planta: tres naves, ábsides y cuadripórtico. La planta interna de la basílica es longitudinal y tiene las mismas dimensiones del pórtico (si se excluyen de las medidas los ábsides).
La fachada de la basílica de San Ambrosio es larga y baja, típica también de las demás edificaciones de campo; su forma expresa el apego a la tierra que tanto influye en la concepción que fundamenta el proyecto de la iglesia. Presenta dos logias sobrepuestas. La inferior tiene tres arcos iguales y se une con el perímetro interno del pórtico. En cambio, la superior tiene cinco arcos que aumentan en altura siguiendo el perfil de las pendientes. Tiene también bandas lombardas.
El interior de la basílica de San Ambrosio
El interior de la basílica de San Amborio fue estructurado según estilos de más allá de los Alpes con el uso de la bóveda de crucería. Las bóvedas de las naves laterales, con intercolumnios de dimensiones iguales a la mitad del lado de un intercolumnio de la nave central, se apoyan en pilares menores y sostienen los matroneos. Estos últimos ocupan todo el espacio disponible para el claristorio.
El cuadripórtico de la basílica de San Ambrosio
El cuadripórtico de la basílica de San Amborio tenía la función de recoger a los grupos de catecúmenos al lado de la iglesia. Sin embargo, desde inicios del siglo XI, con la costumbre del bautismo de niños, por lo que el cuadripórtico perdió su función original. Al asumir un rol nuevo, terminó por emplearse como lugar descubierto para reuniones. Desde la logia superior de la fachada el obispo da su bendición a los ciudadanos.
El pórtico está delimitado por cuatro muros (de ahí el nombre). En el interior tiene arcos sostenidos por pilares rodeados de semicolumnas. Todas las partes del pórtico se distinguen gracias a la coloración de ellas. Las cornices están sostenidas por bandas lombardas análogas a las de la fachada.
Los campanarios de la basílica de San Ambrosio
El campanario de la derecha, llamado de los monjes, está datado en el siglo VIII y tiene el aspecto austero típico de las torres de defensa. El de la izquierda, llamado de los canónigos, es más alto y está datado en 1144. Su ideación se puede atribuir, con toda probabilidad al mismo arquitecto que diseñó la basílica, ya que retoma en vertical los mismos conceptos del cuadripórtico. Los últimos dos pisos fueron añadidos en 1889. Los campanarios son también muestra de la influencia de estilos de más allá de los Alpes.